(El hada revolotea alrededor de las ramas marchitas, buscando con cuidado los frutos resplandecientes. Con sus pequeñas manos, recoge dos de ellos y los sostiene. La flor, con delicadeza, aplasta los frutos contra la tierra reseca. Un resplandor dorado comienza a extenderse desde el suelo hacia las raíces. En segundos, el tronco se empieza a reavilitar, las ramas empiezan a tener color, y pequeñas flores comienzan a florecer, se nota que poco a poco el árbol va recobrando la energía que había perdido.)